El objetivo marcado por a Unión Europea para el año 2050, en el que tienen que colaborar todo tipo de corporaciones, es conseguir la neutralidad a nivel global. Irremediablemente, ello implicará la evolución hacia un nuevo modelo económico en el que la distribución tiene mucho que decir.
Formular un sistema de movilidad sostenible, adaptado a cada territorio y a las necesidades de la población, teniendo en cuenta la salud y el medio ambiente, es un reto crucial que, más pronto que tarde, se debe afrontar.
La importancia de la DUM
Sin duda, será un cambio que deberá hacerse de forma paulatina, sustituyendo las energías contaminantes por renovables. No hay que olvidar que, tal y como establece Naciones Unidas, las ciudades son actualmente la principal causa de las emisiones de carbono, representando el 75% del porcentaje total a escala mundial.
Datos como este ponen de manifiesto la necesidad de adoptar nuevas soluciones en las flotas de vehículos, ya sea para el transporte urbano de viajeros o para el reparto de mercancías. En este último caso, el sector centra sus esfuerzos en varias claves que pueden ayudar a reinventar la distribución capilar.
Planificación y participación
Si bien hacer que la distribución capilar sea sostenible es un peso en la mochila del sector transporte, lo cierto es que no toda la responsabilidad – ni las herramientas para hacerlo factible – están en manos de esta actividad.
Frente a este panorama, una de las soluciones pasa por la gobernanza participativa.
Es fundamental que todos los actores de la ciudad se involucren en la creación y diseño de los planes de movilidad urbana. No solo para que se incorporen todos los puntos de vista, sino también para la corresponsabilidad de la población en el desarrollo y éxito de las iniciativas.
Impulso a la infraestructura
Paralelo al desarrollo de una normativa que facilite la reinvención de la distribución urbana y la renovación de las flotas para el reparto de última milla, también es importante potenciar cuestiones como la infraestructura.
Introducir nuevas soluciones a nivel urbanístico y logístico, teniendo en cuenta el coste total que implica, es una de las claves.
Estos planes deben considerar no solo la renovación de los vehículos de reparto, sino también las infraestructuras que sean necesarias para garantizar su mantenimiento y funcionamiento.
En este sentido, el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, junto con el Ministerio de Transportes y el Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico, recibirán las mayores inyecciones de fondos europeos en la UE Next Generation. Dentro de estas líneas de actuación, tienen previsto impulsar la implantación de la infraestructura de recarga de combustibles limpios como el biopropano.
Innovación ‘non stop’
Todas las acciones llevadas a cabo con relación a esta operativa contribuyen, en mayor o menor grado, a construir mejores ciudades para vivir. En la distribución capilar, los últimos años lo han demostrado a raíz de la creciente demanda de entregas de paquetes a domicilio.
Además de la optimización de rutas, la implementación de puntos de conveniencia y la renovación de las flotas, se espera que en los próximos años el sector sume nuevas soluciones.
Algunas empresas ya han empezado a realizar pruebas en pro de la innovación, evaluando nuevos modos de reparto a través de sistemas en fase de prueba o expansión, como son los drones o los vehículos autónomos.
Pensar fuera de la caja para entregar la caja
Más allá de las iniciativas puntuales que puedan poner en marcha los propios operadores, es fundamental trabajar en todo el ecosistema para comprender los costes no tan visibles de la distribución capilar y buscar el cambio.
Para ello, los expertos apuntan a tres necesidades concretas:
- Incentivar opciones más ecológicas: desarrollar incentivos que alienten a los consumidores a recibir entregas convenientes, pero de formas más sostenibles.
- Repensar el uso de activos: reutilizar, modernizar y compartir activos e infraestructuras mientras se invierte en tecnología ecológica y reglamentaciones en evolución para respaldar estos enfoques innovadores.
- Aprovechar los datos y el análisis: actuar sobre la base de información en tiempo real sobre los patrones de compra para innovar y optimizar el inventario y la gestión de rutas para reducir la huella de carbono.
En resumen, esto significa invertir inteligentemente en tecnologías innovadoras, además de equilibrar oportunidades de alto y bajo impacto, para asegurar una distribución capilar sostenible en tiempo y espacio.