El transporte de alimentos ha ganado un espacio cada vez más relevante en la distribución de mercancías. Con la inmediatez como eje clave de la actividad logística, cuando nos centramos en la alimentación las previsiones sobre su buen transporte pueden sustentarse en la duda.

Lograr distribuir en un tiempo reducido una gran variedad de productos – desde carnes o pescados a verduras o alimentos congelados – es el desafío al que hacen frente las empresas de transporte a temperatura controlada. Hacer llegar estos productos a tiempo y en unas condiciones óptimas resulta esencial en el mercado actual.

El canal HORECA – hoteles, restaurantes y caterings – es uno de los clientes más comunes cuando hablamos de productos con requerimientos a la hora de transportarse. Poder contar con una amplia gama de flotas – adaptables a las distintas temperaturas y rutas a realizar – es esencial. Para asegurarlo, contar con una empresa profesional y experta en esta modalidad genera sin duda un valor añadido.

Adaptarse a las exigencias del mercado y cumplir con los máximos estándares de calidad que se piden es el mayor desafío del transporte de alimentos perecederos.

Cabe resaltar que en España la carretera es el medio por el que más se transportan los alimentos gracias a la capacidad de adaptación de las flotas a las distintas temperaturas y debido al tipo de rutas que se realizan.

Para lograr una distribución efectiva de los alimentos hay que seguir una serie de pautas.

Elección del vehículo

 

Dependiendo del alimento, las condiciones para su traslado serán distintas. Por ello, en los grandes negocios dedicados a este segmento podemos observar que cuentan con un gran número de flotas para poder adaptarse a las necesidades del producto.

Cuando nos enfocamos en la distribución de productos perecederos podemos diferenciar una serie de flotas, dependiendo de la temperatura que soportan:

  • Unidad isoterma: Construida con paredes, puertas, piso y techo aislado, se limitan los cambios de temperatura entre el interior y exterior.
  • Refrigerante: Se trata de una unidad isoterma que, con ayuda de una fuente de frío – hielo hídrico, placas eutécticas, hielo carbónico, gases licuados… – logra mantener una temperatura baja en el interior del vehículo.
  • Frigorífica: Este tipo de flotas cuentan con un dispositivo de frío individual o colectivo para varios vehículos – grupo mecánico de compresión, máquina de “absorción”, etc. – de modo que puede mantener y controlar la temperatura dentro de la caja.
  • Calorífica: Como su nombre indica, esta unidad eleva la temperatura del interior del vehículo, pudiendo mantenerla durante 12 horas.

Esta clasificación ha sido realizada a partir de los datos del Acuerdo sobre transportes internacionales de mercancías perecederas y sobre vehículos especiales utilizados en esos transportes – ATP -.

Seguridad de los alimentos

 

Una vez escogido el tipo de flota más adecuada según las condiciones de los alimentos hay que asegurar su buen manejo tanto por parte del operario como de las normativas que se deben seguir.

Ante todo, hay una serie de normativas que se deben seguir:

A partir de estas dos normativas se establece cómo deben estar preparadas las flotas y mercancías para realizar un traslado efectivo de los productos. Al tratarse de alimentos perecederos, asegurar que no sufran ningún cambio brusco dentro de la flota o que sufra daños debe ser el objetivo primordial. Debido a la pérdida de valor de los productos, realizar las operaciones de acuerdo con las normativas señaladas resulta obligatorio.

Valor añadido

 

Como en toda actividad, hay una serie de factores que hacen diferenciar a una empresa de sus competidoras. En el caso de esta particular modalidad de transporte, hay un factor que le afecta -al igual que a prácticamente todo el sector. Se trata del paso a la sostenibilidad. Enfocado tanto en los vehículos como en el equipamiento usado para mantener y controlar la temperatura de las flotas, hacer una buena distribución conlleva adaptarse a estas exigencias.

En la actualidad no son muchas las empresas de distribución que han apostado por dar un paso hacia la sostenibilidad, pero tanto clientes como instituciones públicas lo piden cada vez más.

Por último, un factor diferencial es el equipo. Contar con un personal motivado, comprometido y formado es la base del éxito de toda empresa. Ayudándose de las nuevas tecnologías, el cumplimiento óptimo de las necesidades en cuestiones de higiene alimentaria y movimiento de los productos pueden ofrecer el valor añadido que permita una distribución de alimentos perecederos inmejorable.

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