Sucesos como la pandemia aceleraron el paso del comercio a la digitalización. Pese a que la crisis del COVID-19 y sus consecuencias parecen diluirse, herramientas como el comercio online siguen en auge.
El hábito de los compradores a realizar sus compras de manera online ha generado un crecimiento en las exigencias de los tiempos de entrega y métodos de distribución. Según datos obtenidos por IEBS Business School, el 83,7% de los españoles que son usuarios de internet aseguran que la pandemia les ha impulsado a realizar compras por internet, dando preferencia a esta modalidad frente al tradicional consumo físico.
Derivado de las exigencias procedentes de este aumento de compras online nace el quick-commerce (comercio electrónico rápido) que asegura una venta online con una entrega marcada por la inmediatez.
¿Qué es el quick-commerce?
Antes de mostrar la gran influencia y los cambios que van a derivar de este tipo de comercio, observemos en qué se basa esta venta online.
El comercio electrónico rápido se basa principalmente en un hecho: la inmediatez. Se podría decir que es una evolución del eCommerce, en el cual predomina por delante de la calidad o el precio, los tiempos de envío. Lo que se busca es realizar la entrega del producto lo antes posible, ese mismo día.
Los tiempos de entrega varían de entre 10 minutos a horas, pero en lo que radica la importancia es en lograr realizar esta entrega lo antes posible. Aquí es donde reside actualmente el valor añadido de cada empresa, y su diferenciación del resto.
Es visible el importante papel que tiene el sector logístico en este nuevo estilo de comercio. Para lograr adaptarse y cumplir con sus exigencias, hay una serie de estrategias y nuevas formas de distribuir y almacenar.
Su presencia en las ventas españolas es cada vez más visible. Por ello, muchos estudios afirman que el quick-commerce ha venido para quedarse, y lo necesario que es poder adaptarse incorporando diversas técnicas para estar a la altura de las exigencias y del alto volumen de demanda.
¿Cómo afectará a la distribución de mercancías?
La idea de este tipo de comercio puede resultar más fácil de implantar en grandes ciudades que en zonas rurales, por ello supone un gran reto para el sector de la distribución poder adaptar sus servicios a las exigencias de los clientes.
Diversos conceptos como el de los dark stores han surgido para tratar de afrontar esta nueva realidad. Estos son pequeños almacenes que se encuentran en lugares clave dentro de las ciudades y permiten una preparación de pedidos exclusivamente online. Están diseñados para realizar un servicio de calidad, de manera óptima y en el menor tiempo posible. Desde la llegada de la pandemia la presencia de estos almacenes ha ido en aumento, y con el establecimiento de nuevas formas de comercio como el quick-commerce su papel en la sociedad de consumo de ha establecido.
Pese a que se generen estos espacios, uno de los elementos esenciales es la distribución. Por ello, contar con empresas dedicadas a servicios de transporte urgente permiten una mejor adaptación a estas nuevas realidades.
Al darse principalmente en grandes ciudades, la incorporación de estos sistemas incitará a generar canales de distribución más locales, orientados a áreas específicas de la ciudad. A su vez, incita a que se impulse el uso de transporte sostenibles como las furgonetas eléctricas, de modo que promueva la movilidad sostenible.
El papel de la logística y la distribución cada vez es más importante e influyente en el valor añadido de cada empresa. Por ello, es esencial poder contar con servicios de distribución adaptados a estas nuevas formas de comercio, cuyas altas exigencias piden una organización previa de lo servicios y productos de manera que puedan ser distribuidos de la manera más eficaz y veloz, utilizando rutas óptimas.