Solo en 2023, el coste total de los ciberataques a la cadena de suministro a nivel mundial arrojó una factura final de 45.800 millones de euros, una cifra que espera superar los 80.000 millones en cuestión de dos años.

Ante esta realidad, que afecta a cada uno de los eslabones que componen este mecanismo esencial, cada vez son más las empresas que se preparan para uno de los que están llamados a ser ‘retos esenciales’ de la industria: la ciberresiliencia.

En el particular caso del nicho que representa el transporte refrigerado este reto es doble, ya que mantener la integridad de la cadena de frío no es solo una cuestión de eficiencia operativa, sino una responsabilidad crucial para garantizar la seguridad y calidad de los productos perecederos.

Por ello, y en base a una digitalización cada vez más profunda de las cadenas de suministro, la ciberseguridad ha emergido como un pilar esencial para la protección de estos sistemas. La ciberresiliencia, la capacidad de prepararse, responder y recuperarse de ataques cibernéticos, es ahora una prioridad imperativa para las empresas que operan en este sector.

¿Qué es la ciberresiliencia?

La ciberresiliencia se refiere a la capacidad de una organización para prepararse, responder y recuperarse de ataques cibernéticos.

En el contexto del transporte refrigerado, resulta vital para asegurar que los sistemas que controlan las temperaturas, las rutas y la seguridad de los productos estén protegidos contra amenazas informáticas.

La distribución a temperatura controlada depende de tecnologías avanzadas para monitorizar y controlar las condiciones ambientales, garantizando que los productos lleguen a su destino en condiciones óptimas.

Sin embargo, estos sistemas son vulnerables a una variedad de amenazas cibernéticas que pueden comprometer su funcionamiento y la integridad de los productos transportados.

Un ciberataque puede causar desde la alteración de las temperaturas hasta la paralización completa de la cadena de suministro, resultando en pérdidas económicas y, más importante aún, poniendo en riesgo la salud pública.

Principales ciber amenazas al transporte refrigerado

  • Malware y ransomware. Estos tipos de software malicioso pueden infiltrarse en los sistemas de control, bloqueando el acceso y exigiendo un rescate para liberar los datos y restaurar las operaciones.
  • Ataques DDoS (denegación de servicio). Al sobrecargar los sistemas con tráfico masivo, estos ataques pueden provocar interrupciones significativas, impidiendo la monitorización de las mercancías y el control de las temperaturas.
  • Phishing y robo de credenciales. A través de técnicas de ingeniería social, los atacantes pueden obtener acceso no autorizado a los sistemas críticos, poniendo en riesgo toda la cadena de frío.
  • Manipulación de datos. Alterar los datos de control de temperaturas y ubicación puede comprometer la integridad de los productos, haciendo que lleguen al destino final en condiciones no adecuadas.

Estrategias para una cadena de frío ciberresiliente

Para desarrollar un transporte a temperatura controlada a prueba de ciberataques, es crucial adoptar un enfoque integral que abarque desde la evaluación de riesgos hasta la implementación de tecnologías avanzadas y la formación del personal.

  1. Evaluación de riesgos

Una valoración exhaustiva de las contingencias y vulnerabilidades es fundamental. Identificar todos los puntos de acceso a los sistemas de control y monitorización, y evaluar el potencial de ataque en cada uno de ellos, es el primer paso para una defensa efectiva.

  1. Implementación de medidas de seguridad básicas

Con el fin de proteger la cadena de frío, es esencial contar con softwares de protección contra virus y malware actualizado en todos los dispositivos, además de implementar firewalls para controlar el tráfico de red y sistemas de detección de intrusos (IDS) para monitorizar actividades sospechosas.

  1. Autentificación y control de acceso

Requerir múltiples formas de verificación para acceder a los sistemas críticos mediante autentificación multifactor (MFA) incrementa significativamente la seguridad. Así mismo, limitar el acceso a los sistemas solo a personal autorizado y otorgar permisos basados en roles específicos a través de la gestión de identidades y accesos (IAM) es crucial para la protección.

  1. Monitorización y respuesta a incidentes

Implementar soluciones de monitorización continua permite la detección de actividades anómalas en tiempo real, mientras que desarrollar y probar regularmente planes de respuesta asegura una acción rápida y efectiva ante cualquier incidente que pueda afectar a la cadena de frío.

  1. Actualizaciones y parches

A la hora de trabajar en la ciberresiliencia de la distribución a temperatura controlada resulta clave mantener todos los sistemas y software actualizados con los últimos parches de seguridad – un aspecto crucial para cerrar posibles brechas que los atacantes puedan explotar -.

  1. Capacitación y concienciación

El personal es la primera línea de defensa contra ciberataques. Capacitar regularmente a los empleados sobre las mejores prácticas de ciberseguridad y cómo identificar posibles amenazas es fundamental para prevenir y actuar ante posibles ofensivas.

Un nuevo ‘must’ para la distribución a temperatura controlada

El potencial impacto detrás de las amenazas informáticas son la prueba viviente de que la ciberresiliencia en el transporte refrigerado no es un lujo, sino una necesidad imperativa para proteger la cadena de frío y garantizar la seguridad y calidad de los productos transportados.

Adoptar medidas proactivas de ciberseguridad, implementar tecnologías robustas y capacitar al personal son pasos esenciales para mitigar los riesgos y asegurar operaciones continuas y seguras.

Al comprometerse con la ciberresiliencia, las empresas no solo protegen sus activos físicos y digitales, sino que también fortalecen la confianza de sus clientes y socios comerciales, asegurando que los productos lleguen en perfectas condiciones, sin importar los desafíos cibernéticos que puedan surgir.