En el ámbito del gran consumo, la pérdida de productos, especialmente aquellos perecederos, representa un desafío significativo que impacta tanto en la economía de las empresas como en el área de la sostenibilidad.
Los grandes volúmenes de desperdicio de alimentos a nivel global han hecho que tanto gobiernos como empresas sean conscientes de la necesidad de tomar medidas para poder paliar esta crisis. Es de esta manera cómo, en el caso de España, a inicios de año se decidió establecer un marco legal para la prevención del desperdicio alimentario, centrando los esfuerzos en la prevención y concienciación de todos los actores de la cadena.
Y es que, de acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), se estima que un tercio de los alimentos producidos a nivel mundial se desperdicia cada año. En este contexto, el uso de la inteligencia artificial – IA – emerge como una herramienta poderosa para abordar y mitigar estas pérdidas, especialmente en uno de sus procesos claves: la distribución de última milla a temperatura controlada.
Retos de la última milla
La distribución de última milla juega un papel crucial en la lucha contra el desperdicio de alimentos en el sector del gran consumo, pues representa la fase en la que los productos perecederos son más susceptibles de sufrir daños o pérdidas debido a factores como los tiempos de entrega y el mantenimiento inadecuado de las condiciones de temperatura.
La capacidad para gestionarla eficientemente resulta así esencial para garantizar que los alimentos lleguen en perfectas condiciones al consumidor, minimizando el riesgo de deterioro y, por ende, de desperdicio.
En este contexto, la implementación de tecnologías avanzadas, como la IA, se convierte en una herramienta indispensable para maximizar la eficiencia y sostenibilidad de la cadena de suministro.
Beneficios de la IA en el gran consumo
Viéndose multiplicado el uso de la IA en las empresas vinculadas a este sector en los últimos años, la realidad es que, pese a que el 51% de los negocios sean conscientes del claro impacto que tendrá esta tecnología, sólo un 43% de ellas reconoce estar preparándose para ella, según el Observatorio de Innovación den Gran Consumo (OIGC).
En este escenario resulta necesario contemplar los numerosos beneficios que puede brindar la IA al sector del gran consumo, y, específicamente, al área de su distribución:
- Optimización de rutas
La IA puede analizar grandes volúmenes de datos en tiempo real para optimizar las rutas de entrega. Utilizando algoritmos de aprendizaje automático es posible predecir el tráfico, las condiciones climáticas y otros factores que pueden afectar al tiempo de entrega. Esto no solo permite reducirlo, sino que también minimiza el riesgo de que los productos perecederos sufran deterioros debido a retrasos.
- Trazabilidad de la cadena de frío
El mantenimiento de una cadena de frío ininterrumpida es crucial para preservar la calidad de los productos sensibles a la temperatura. Los sistemas de IA pueden integrar sensores IoT – Internet de las Cosas – que monitorean continuamente la temperatura y la humedad en tiempo real. Estos sistemas pueden detectar anomalías instantáneamente y enviar alertas para tomar acciones antes de que los productos se vean afectados.
- Predicción de la demanda
El desperdicio de alimentos a menudo ocurre debido a una mala previsión de la demanda. La IA puede analizar patrones de ventas, tendencias de consumo y otros factores externos, como festividades, para predecir con mayor precisión la demanda futura. Esto permite a las empresas ajustar sus inventarios y pedidos, reduciendo la probabilidad de excedentes que puedan terminar desperdiciados.
- Gestión de inventarios
La gestión eficiente del inventario es fundamental para minimizar pérdidas. Los sistemas basados en IA pueden rastrear y gestionar los niveles de inventario en tiempo real, asegurando que los productos se almacenen de manera adecuada. Además, pueden automatizar el reabastecimiento de inventarios, garantizando que los productos perecederos se mantengan en óptimas condiciones hasta su entrega final.
- Toma de decisiones
La IA proporciona información precisa y en tiempo real sobre el estado de la cadena de suministro. Esta visibilidad permite una toma de decisiones más informada y rápida, lo cual es esencial para responder a posibles imprevistos y evitar pérdidas. Por ejemplo, si un vehículo de reparto experimenta un problema técnico, los sistemas de IA pueden reprogramar automáticamente las entregas y redirigir los productos a otros vehículos disponibles, minimizando el impacto en la calidad de los productos.
- Reducción de costes
La eficiencia operativa es un beneficio directo de la implementación de la IA en la distribución de última milla. Al optimizar rutas, prever la demanda y gestionar inventarios de manera más efectiva, las empresas pueden reducir costes operativos. Menos combustible, menos horas de trabajo y menos pérdidas de productos se traducen en una mayor rentabilidad.
La IA se está convirtiendo así en un aliado imprescindible para las empresas del gran consumo, especialmente en el ámbito de la distribución de última milla a temperatura controlada, pues, al adoptar tecnologías basadas en ésta, no solo pueden reducir las pérdidas de productos y mejorar su rentabilidad, sino también contribuir a la lucha por la sostenibilidad.