La eficiencia energética se ha convertido en un pilar fundamental para la logística del frío en 2024.

Con una crisis energética global caracterizada por la escasez y el aumento constante de los precios de la energía, optimizar su uso en las operaciones de transporte y almacenamiento a temperatura controlada es más crítico que nunca.

En los últimos meses, la luz ha experimentado crecimientos de entre el 7,5% y el 12,5%, mientras que el precio de los combustibles ha registrado incrementos de hasta el 23,93% respecto a 2021.

Ante esta coyuntura, las empresas del sector afrontan el desafío de mantener la integridad de sus productos perecederos mientras reducen sus costes operativos y minimizan su huella de carbono.

Innovaciones tecnológicas para la eficiencia energética

La tecnología juega un papel esencial en la optimización energética de la logística del frío.

Los sistemas de monitorización y control avanzados permiten una gestión precisa de las temperaturas, reduciendo el consumo energético innecesario. El uso de sensores IoT integrados en las unidades de refrigeración facilita el control en tiempo real de las condiciones ambientales, detectando y corrigiendo desviaciones antes de que se conviertan en problemas mayores. Estos sistemas no solo garantizan la calidad del producto, sino que también optimizan el uso de la energía, ajustando automáticamente los niveles de refrigeración según la carga y las condiciones externas.

Además, la adopción de nuevas tecnologías de refrigeración, como las basadas en CO2 transcrítico, están ganando terreno. Estas soluciones no solo son más amigables con el medio ambiente, debido a su bajo impacto de calentamiento global, sino que también son más eficientes energéticamente en ciertas condiciones climáticas.

A medida que las normativas ambientales se vuelven más estrictas, la transición hacia estos sistemas puede ofrecer una ventaja competitiva significativa.

Optimización de rutas y cargas

La eficiencia en la logística del frío también se puede lograr mediante la optimización de rutas y la gestión de cargas. El uso de softwares avanzados de gestión de transporte (TMS), que integran algoritmos de optimización, permiten planificar rutas más eficientes, reduciendo el tiempo de tránsito y el consumo de combustible.

Estos sistemas consideran factores como el tráfico, las condiciones climáticas y las ventanas de entrega, ajustando las rutas en tiempo real para asegurar la máxima eficiencia.

Por su parte, la consolidación de cargas es otra estrategia crucial. Al maximizar la utilización de la capacidad de los vehículos, se reduce el número de viajes necesarios, disminuyendo el consumo total de energía.

La planificación precisa y la colaboración con otros actores de la cadena de suministro permiten alcanzar una mayor eficiencia en la utilización de los recursos.

Infraestructura y almacenamiento eficiente

Las instalaciones de almacenamiento a temperatura controlada también deben ser optimizadas para mejorar la eficiencia energética. La implementación de sistemas de aislamiento térmico avanzados y el uso de materiales de construcción de alta eficiencia pueden reducir significativamente la pérdida de energía.

Además, el diseño de almacenes con tecnología de flujo de aire controlado y la segmentación de áreas de almacenamiento, según las necesidades específicas de temperatura, pueden mejorar la eficiencia operativa.

La integración de fuentes de energía renovable, como la energía solar, en las instalaciones de almacenamiento representa otra vía para reducir los costes energéticos. Los sistemas de generación solar pueden abastecer una parte significativa de la demanda energética de los almacenes, especialmente en regiones con alta irradiación solar.

Asimismo, el uso de baterías de almacenamiento energético permite aprovechar al máximo la energía generada, garantizando un suministro constante incluso en períodos de baja producción solar.

Capacitación y concienciación del personal

El factor humano no debe ser subestimado en la optimización del uso de la energía. La capacitación continua del personal en prácticas de eficiencia energética y el fomento de una cultura organizacional orientada a la sostenibilidad son esenciales.

Los empleados deben estar bien informados sobre la importancia de las prácticas eficientes y cómo sus acciones individuales impactan en el consumo total de energía.

La implementación de programas de incentivos y reconocimiento para aquellos equipos que logren mejoras significativas en la eficiencia energética puede ser una herramienta efectiva para fomentar un compromiso sostenido. Además, la comunicación transparente de los objetivos y logros en materia de eficiencia energética ayuda a mantener a todo el personal alineado y motivado.

El futuro de la logística del frío

El contexto energético de 2024 exige una revisión continua y adaptativa de las estrategias en la logística del frío. La innovación tecnológica, la optimización de procesos, la mejora de infraestructuras y la capacitación del personal son pilares fundamentales para afrontar los desafíos actuales.

La optimización del uso de la energía en la logística del frío no es una opción, sino una necesidad imperativa para la sostenibilidad y la rentabilidad del sector.

Las medidas adoptadas hoy por las empresas especializadas que forman parte de este ecosistema definirán el éxito de las operaciones del mañana, garantizando la continuidad del suministro de productos perecederos con la máxima eficiencia energética.