Una cadena de frío resiliente se define por su capacidad de superación frente a imprevistos o sucesos que pongan en peligro su operatividad. Prueba de ello ha sido el esfuerzo mayúsculo que muchas sociedades han hecho por recuperarse tras la pandemia del COVID-19. Un batacazo que, según la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), ha supuesto pérdidas de hasta 287.000 millones de ingresos para muchas empresas españolas.
En este contexto, la cadena de suministro demanda la aplicación de técnicas de mejora continua para consolidar su resiliencia a las alteraciones del entorno: desde el diseño de un plan de fabricación y logística, hasta la inversión en soluciones automáticas.
¿Cómo funciona la resiliencia en la logística de frío?
Una buena gestión de la cadena de frío supone ser capaz de anticiparse, responder rápidamente a las disrupciones operativas e incluso evitarlas por completo, teniendo un plan de contingencia organizado. Para todo ello existen varias claves que ayudan a resistir frente a los desafíos en la industria logística:
- Optimizar la producción con planificación
Una de ellas se basa en optimizar la producción con una planificación estratégica. Un negocio resiliente debe asentarse sobre una organización óptima, sincronizando todos los componentes que intervienen en el proceso e impulsando características imprescindibles como la visibilidad y agilidad de estos. Además, mediante la planificación de la cadena de suministro, se comprenden mejor las necesidades de oferta y demanda, prestando especial atención a los picos de demanda o cuellos de botella que surjan en la cadena de frío.
Este enfoque con visión de futuro ayuda a las empresas a anticiparse a sus problemas, disminuir el impacto de las interrupciones en la supply chain y mejorar las operaciones de manera general.
- Infraestructura tecnológica avanzada
La planificación estratégica no tendría sentido sin una tecnología punta que respalde las decisiones que se toman en la operativa. La implementación de sistemas avanzados de monitorización en tiempo real proporciona una visibilidad sin precedentes sobre las condiciones de temperatura a lo largo de la cadena de frío. Estos sistemas no solo registran datos, sino que también utilizan algoritmos predictivos para anticipar posibles fluctuaciones térmicas y prever los problemas.
El registro de la información es posible gracias a los sensores IoT en vehículos de transporte, AGV y los almacenes, que supervisan constantemente que los productos se encuentren en los rangos de temperatura óptimos.
Además, la inteligencia artificial juega un papel vital en sus análisis en tiempo real, pues además de predecir patrones climáticos y picos de demanda en el mercado, también mejora la toma de decisiones. Esta solución puede llegar a sugerir alternativas en las rutas de transporte o modificar el almacenamiento, si con ello se logra la eficiencia en la cadena de frío.
- Gestión eficiente de inventario
Gestionar el inventario de una forma eficiente es esencial para mantener la resiliencia en la cadena de frío. Las empresas están adoptando enfoques basados en la demanda real en el mercado, analizando datos avanzados y ajustando las existencias en consecuencia. En el caso de que haya una falta de stock, se deben poner en marcha políticas de reabastecimiento y una coordinación estrecha con proveedores para garantizar la disponibilidad de la mercancía. Una de las herramientas punteras en la gestión de inventario es la tecnología blockchain. Este sistema realiza un registro totalmente transparente de la cadena de frío para su mejor visibilidad y reducir así el riesgo de errores.
¿Cómo se está adaptando la cadena de frío al contexto actual?
La pandemia del coronavirus se definió como uno de los momentos más críticos para muchos sectores. En especial, la logística soportaba el peso de distribuir alimentos y las vacunas que salvarían la vida a miles de personas. Una mercancía sujeta a unos estándares de conservación gracias a sistemas digitales muy potentes que mantienen la temperatura evitando su deterioro.
En el contexto actual, la digitalización aplicada a la automatización juega un papel cada vez más determinante en el almacenamiento en frío, con un despliegue de tecnología que facilita la manipulación de los productos refrigerados.
Por otra parte, la IA como tendencia emergente puede suponer un cambio de paradigma en tareas como la gestión de inventario o la preparación de pedidos. Aunque se aplica especialmente en la planificación de rutas, predicción de la demanda y detección temprana de problemas en los sistemas de refrigeración, en esta última resulta esencial, aunque deberá ir acompañada de sensores, etiquetas inteligentes y sistemas de seguimiento en tiempo real.
En definitiva, erigir la resiliencia en la logística de frío no es solo una estrategia, sino una necesidad imperante en la era moderna de la cadena de suministro. La combinación de tecnologías, una buena planificación y una gestión eficiente del inventario establece las bases para un rendimiento sobresaliente.
La aplicación exitosa de estas claves en la industria logística actual demuestra que la resiliencia no solo es un objetivo alcanzable, sino también una ventaja competitiva significativa. Algo que fue imprescindible en la distribución de medicamentos en la pandemia del coronavirus. Las empresas que adoptaron estos consejos posicionaron sus cadenas de frío como modelos de eficiencia para los clusters.
La resiliencia, por lo tanto, no solo es un requisito operativo, es la clave para prosperar en la logística del frío del siglo XXI.