Las ciudades son organismos vivos en constante movimiento. El tráfico, la densidad de población y la limitada disponibilidad de espacio convierten la distribución de última milla en un desafío complejo, especialmente cuando se trata de mercancías que requieren control de temperatura. Según un informe de AECOC, el actual modelo de movilidad urbana en las ciudades españolas tiene un impacto muy relevante en la pérdida de competitividad, con un coste económico derivado del tiempo perdido en atascos, del impacto medioambiental y de la siniestralidad cifrado entre los 15,1 y los 23,8 mil millones de euros al año, lo que representa el 2% del PIB nacional. 

En un entorno donde la puntualidad es clave y la calidad del producto no puede verse afectada, ¿cómo pueden las empresas de transporte garantizar un servicio eficiente a pesar de los atascos urbanos?

El desafío de la última milla en entornos urbanos

El crecimiento del comercio electrónico y el aumento de la demanda de entregas rápidas han incrementado la presión sobre los operadores logísticos. Esto no solo impacta la eficiencia del servicio, sino que también afecta los costes operativos y la sostenibilidad de las operaciones.

Para el transporte refrigerado, la ecuación es aún más compleja: mantener la temperatura adecuada en cada punto de la cadena logística, evitar retrasos que comprometan la calidad del producto y, al mismo tiempo, optimizar rutas en un escenario urbano congestionado.

Estrategias para entregas rápidas y eficaces en ciudades congestionadas

Ante este panorama, las empresas de transporte han implementado diversas estrategias para sortear los desafíos del tráfico urbano sin comprometer la calidad del servicio. Algunas de las más efectivas incluyen:

  1. Planificación inteligente de rutas con tecnología avanzada

Los sistemas de planificación de rutas han evolucionado gracias al uso de inteligencia artificial y datos en tiempo real. Herramientas de optimización permiten:

  • Ajustar las rutas en función del tráfico en tiempo real.
  • Priorizar vías con menos congestión o restricciones de acceso.
  • Agrupar entregas por proximidad para minimizar desplazamientos innecesarios.

Gracias a estos sistemas, se pueden evitar retrasos y reducir el consumo de combustible, lo que también repercute en una menor huella de carbono.

  1. Uso de vehículos adaptados a la movilidad urbana

En ciudades con alta densidad de tráfico, la elección del vehículo es clave. Algunas soluciones incluyen:

  • Vehículos eléctricos de reparto: Además de reducir emisiones, pueden acceder a zonas de bajas emisiones sin restricciones.
  • Furgonetas refrigeradas de tamaño compacto: Facilitan la maniobrabilidad en calles estrechas y minimizan problemas de aparcamiento.
  • Bicicletas y triciclos refrigerados: Una alternativa eficiente para el transporte de productos de menor volumen en entornos urbanos.

Este enfoque no solo mejora la eficiencia de las entregas, sino que también responde a las normativas medioambientales cada vez más estrictas en las ciudades.

  1. Implementación de microhubs urbanos

Los microhubs o centros logísticos urbanos están cobrando protagonismo como solución para agilizar la última milla. Se trata de pequeños almacenes estratégicamente ubicados en el centro de las ciudades desde donde se realizan repartos en distancias cortas.

En el caso del transporte refrigerado, estos microhubs permiten:

  • Reducir el tiempo de tránsito de los productos perecederos.
  • Consolidar envíos para mejorar la eficiencia de cada ruta.
  • Adaptar la logística a horarios con menor congestión.

Al descentralizar los puntos de distribución, se logra mayor flexibilidad y rapidez en las entregas.

  1. Entregas nocturnas o en franjas horarias estratégicas

Ajustar los horarios de reparto puede marcar una gran diferencia en términos de eficiencia. Las entregas nocturnas o en horarios de menor tráfico reducen los tiempos de desplazamiento y evitan interrupciones en la cadena de frío. Sin embargo, para garantizar la seguridad de estos repartos, es fundamental contar con vehículos equipados con sistemas de monitoreo en tiempo real y protocolos de seguridad específicos.

  1. Coordinación con establecimientos y clientes

Un factor clave para la optimización de la última milla es la coordinación con los puntos de entrega. La implementación de notificaciones automáticas y ventanas de entrega programadas permite:

El uso de aplicaciones y plataformas de comunicación en tiempo real facilita una mayor sincronización entre transportistas y destinatarios.

Por tanto, la logística de última milla en ciudades congestionadas requiere una combinación de tecnología, estrategia y flexibilidad para garantizar entregas rápidas y eficaces. En el caso del transporte refrigerado, la optimización de rutas, el uso de vehículos adecuados, la creación de microhubs urbanos y la coordinación con clientes son claves para mantener la calidad del servicio sin comprometer la cadena de frío.

En Transporte Inmediato sabemos que adaptarse a estos desafíos no solo es una necesidad operativa, sino una oportunidad para mejorar la sostenibilidad, la eficiencia y la experiencia del cliente en un entorno urbano en constante evolución.