Para muchas industrias, como la alimentaria o la farmacéutica, la logística del frío es un componente fundamental en su actividad. Sin embargo, este sector genera impactos muy significativos en el medio ambiente debido al uso excesivo de energías y refrigerantes que son imprescindibles para su desarrollo.

Además, las cadenas de frío convencionales normalmente basan su fuente de energía en combustibles fósiles que no solo consumen mucho, sino que son altamente contaminantes a nivel mundial. Esto quiere decir que el empleo continuado de este tipo de negocios puede acabar generando impactos que no deseamos en nuestro planeta, produciendo emisiones muy significativas de gases de efecto invernadero y, por lo tanto, de contaminación.

Estas emisiones provienen de dos fuentes: indirectas y directas. Las primeras se consideran aquellas relacionadas con la electricidad empleada en los equipos de refrigeración y con el combustible necesario para el funcionamiento de los vehículos y maquinarias. Por otro lado, las directas surgen de la fuga de gases refrigerantes que viajan a la atmósfera terrestre.

Asimismo, esto no solo afectará al medioambiente, sino también en lo económico y lo social, siendo grandes los efectos creados en las dinámicas de estos ámbitos. Es por ello por lo que la ONU apela a que se consiga una cadena de frío sostenible para alcanzar los siguientes objetivos:

  • La reducción del hambre.
  • El apoyo a los medios de vida de las personas.
  • La adaptación a las necesidades ambientales y al cambio climático.

La falta de sostenibilidad del sector mediante datos

El programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), junto con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), ha elaborado un informe, Cadena de frío alimentarías sostenibles, en el que arroja una radiografía de las condiciones y soluciones de esta actividad.

De esta forma, la primera conclusión que debemos tener en cuenta es que el correcto funcionamiento de la cadena de frío en los alimentos es imprescindible para poder sacar a millones de personas del círculo de la pobreza y del hambre y, así, poder alimentar a 2.000 millones más en el reto establecido para 2050.

No obstante, se recalca que esto debe hacerse de forma sostenible, atendiendo a las necesidades de nuestro planeta. De aquí surge la importancia de transformar las cadenas de frío en algo sostenible a lo largo del tiempo.

Por esta razón, el informe detalla el impacto de esta industria en el medio ambiente, siendo una necesidad revertir las cifras expuestas. Entre estos datos podemos ver cómo se emitió una gigatonelada de dióxido de carbono a raíz del desperdicio alimentario – representando casi el 2% de todas las emisiones en el mundo de GEI – o que esta pérdida representa el 17% de todos los alimentos producidos.

¿Qué soluciones podemos aplicar para cambiar esta realidad?

Casi todas las medidas parten del uso de la misma herramienta: la tecnología. A través de ella, se puede modernizar el funcionamiento de la cadena de frío y, como consecuencia, lograr hacerla sostenible. Algunas disposiciones que podemos introducir son las siguientes:

  • Incrementar la inversión en investigación sobre los métodos para el desarrollo de la cadena de frío en todo el mundo, puesto que estas pueden ser desiguales en función del lugar en el que se realicen.
  • Ofrecer incentivos financieros para la aplicación de tecnologías más avanzadas y eficientes como el empleo de energías renovables.
  • Mejorar la monitorización de los procesos. De esta manera, se conseguirá que la toma de decisiones sea mucho más efectiva y que haya un mejor control de la temperatura, evitando, así, el deterioro de los alimentos.
  • Creación de programas que ayuden en el uso de refrigerantes con bajo potencial de contaminación y calentamiento para disminuir el impacto negativo de estas fuentes en el medio medioambiente.
  • Progreso en la gestión de la cadena de frío durante el transporte para reducir la huella de carbono.

Estas medidas pueden cambiar profundamente la actividad y lograr que sea sostenible. Para ello, la tecnología será nuestra mejor aliada y nos ayudará a mantener la calidad del producto y reducir el impacto que genera en todos los ámbitos. Controlando los errores y los posibles fallos se podrá obtener un negocio mucho más rentable a la vez que un sector industrial sostenible con el entorno.

Beneficios de tener una cadena de frío sostenible

Como hemos ido mencionando, el correcto funcionamiento de la cadena de frío supone grandes ventajas para todos los ámbitos. Podemos dividirlos en 3:

  • Los principales beneficios en esta esfera son la disminución de la pérdida de alimentos, la mejora en el acceso a productos farmacéuticos, el progreso en la salud y seguridad de los ciudadanos, la reducción de la tasa de mortalidad y el acceso a nuevos negocios y empleos.
  • En este campo podremos ver la reducción de las emisiones, la disminución de la contaminación, la mejora notable en la calidad del aire y el decrecimiento en el consumo de los recursos.
  • Económicos. Por último, las ventajas que veremos en este dominio son el abaratamiento de los costes de energía, el aumento de la productividad, la mejora en la conectividad del mercado y el incremento de las oportunidades laborales y de la inversión

En Transporte Inmediato somos conscientes de lo que implica la correcta gestión de la cadena de frío para la sociedad y el medioambiente, empleando la tecnología para lograr los objetivos establecidos. Nos ponemos a tu servicio ofreciendo las mejores soluciones para que tu actividad progrese con la mayor calidad y valor añadido posible, pero siempre con la responsabilidad necesaria en todas las acciones.